24 febrero 2007

Alimañas con placa


No me avergüenza decir que hay dos cosas en la vida que me aterrorizan sobremanera y hacen que me cague patabajo con sólo recrear su imagen en mi mente: la muerte y la policía.

En el caso de la primera, no hay necesidad de dar explicacion alguna: quien no tenga miedo a la muerte que tire la primera piedra. El caso de la segunda es bien distinto y su origen está en la aberrante idea de conceder superioridad autoritaria y moral a ciertas personas cuyo valor como seres humanos no llega ni al de una peseta rubia de las de antaño. Es triste y humillante sentirse tan impotente y tan en inferioridad frente a un soplapollas uniformado, soberbio, chulesco, matón, gangster, en muchos casos incapaz de hacer ni la O con un canuto, y cuyo único bagaje intelectual es leer el Marca, rellenar la quiniela de los lunes y firmar, a base de palotes aprendidos en un cuaderno Rubio para adultos, boletos de infracciones de aparcamiento. Y te sientes denostado, mudo y sin recursos frente a alguien que no te llega ni a la lengüeta de las botas, puesto que él tiene la última palabra del misal romano únicamente por llevar placa y pistola. Como si le da por decir a las 3 de la mañana que es de día y que los burros pilotan cazas a reacción. Y para más inri, si protestas, te "aconsejan", con tintes de amenaza chequista, que lo más recomendable es joderse, callarse, irse a casa con el rabo entre las piernas, y tragar sapos, culebras, mierda y rabia, y encima tener cuidadito de no eructarle al tipo en la cara tras semejante indigestión de pundonor y amor propio, no vaya a ser que le de por joderte del todo y te lleve esposado a pasar la noche a la sombra, después de vacilarte, mentir con descaro goebbeliano y reirse en tu puta cara cual hiena orgullosa de su propia miseria, presumiendo y sacando pecho por su heróica y épica hazaña frente a sus inanes compañeros y tus desconcertados amigos. Vamos, algo asi como las checas en versión española, maquilladas en azul y rojo con pote de democracia, cubiertos por el manto del "Para proteger y servir". Y es que ya no nos queda ni el derecho al pataleo, y si pataleas, te patalean el trasero. Hay que joderse.

Quiero dejar bien clara una cosa: no es mi intención en este post generalizar. Nada más lejos de la realidad, considerando que los cuerpos de policía -algunos más que otros, todo hay que decirlo-, están llenos de buenos profesionales, amables y correctos, y que este post no va dedicado a ellos, sino a una pequeñísima parte del gremio cuyo endiosamiento, estulticia y mala baba redomada no sólo perjudica al ciudadano, sino a la propia imagen del Cuerpo. Y si no, que lean estas líneas y se den cuenta de que las manzanas podridas, infectan indirecta e inevitablemente al resto de manzanas sanas y jugosas, e incluso a todo el cesto. Triste e injusto, es verdad, pero no menos injusto que la humillación -verbal y ética- que alguno que otro segurata de verbena inflige a algunos ciudadanos tras la desafortunada infracción de turno. Me hierve a borbotones la sangre revivir en mi memoria el hecho de que un botarate con charreteras me conceda el mismo trato por dar 0.5 en un control de alcoholemia que a los terroristas de la célula de AlQaeda en Leganés, ignominia intolerable a merced de un reprimido que palía con su placa, sus botas militares, su lengua viperina y su grosería de macarra analfabeto, su infelicidad e insatisfacción personal. Y es que sólo hay una cosa más peligrosa que un tonto, y es un tonto con poder. Y si a un cretino, amén de su rastrera educación, le das poder para hacerte la pascua si le apetece, pues pasa lo que pasa, y el ciudadano de a pie se queda desnudo, agarrándose los tobillos, y con el ojete a punto de caramelo para que el señor chorimadero-superestrella de rienda suelta a su imaginación porra en mano y placa en alto. Porque si te toca el poli bueno, estupendo, y que razón que tiene usted señor agente y tal. Pero como te toque el hijoputa, pues apaga y vámonos, porque puedes darte por jodido...

Por ese motivo, estés donde estés, basura humana, carne de colleja, matón de tercera, reprimido de cuartelillo, chulo de barrio marginal, chequista con uniforme, alimaña con placa, ojalá te mueras. Así luego me cuentas si la Parca acojona más que tú. Apuesto 100 a 1 a que sí, y a que entonces te cagas en los pantalones. En los del uniforme que yo te pago y con el que ensucias a tus compañeros decentes y a tu noble profesión.

No me cabe duda alguna de que Leopanto corroborará todo lo que aquí se dice. El también sabe a lo que me refiero....

Y por cierto y cambiando de tercio, hoy, 24 de febrero a las 17:00, con el coche retenido en la grúa de la policía municipal (y ya van 3 en 2 meses), ella sigue sin volver. Lo que son las cosas...


Operation, operation rescue
They're here to right our fall, they've heard someone's troubled call
Operation rescue, you may wonder where they come from,
but I just wonder why they're here at all

(Bad Religion - Operation Rescue)

16 febrero 2007

El rinconcito de Juan

Nunca te acostarás sin saber una cosa más, dice el sapientísimo refranero popular. Máxima que sería cierta en nuestro caso si no fuera por nuestra despiadada afición a apoyar codos, brazos, hígados, costados y demás partes de la anatomía humana en cualquier escaparate cervecil, taberna, local expendedor de bebidas alcohólicas, tasca o, en definitiva, abrevadero común de la especie humana. Sería de justicia natural mutar tan sabio dicho en algo así como "nunca te acostarás sin cerrar un garito más". Y no hablo del Open, que conste en acta.

El caso es que, una vez atravesado el duro escollo estudiantil de febrero, anoche nos reunimos una buena manada de piezas en un bareto mítico, nuevo descubrimiento que, a la vista de los acontecimientos, a buen seguro dará mucho, mucho juego. Su nombre es "El Rinconcito de Juan", en la calle Pradillo (cerca de los mundanos teóricos de la conspiración pedrojotiles), y, para que engañarnos: el garito es la monda (jua jua). Tras los pompeyescos tubos de cerveza que bien podrían pasar por armas de destrucción masiva, si a uno se le ocurre pedirse una copa, será obsequiado con un regalo de la naturaleza de forma fálica y tamaño desproporcionado lleno del tan preciado líquido elemento como es el Bombay Sapphire aderezado con Nordic y preparado con mimo, esmero y una pizca de limón. O en otras palabras, si cabe más esclarecedoras, unos copazos que se mea la perra a 4'50 pepinos el misil. Y uno le da y le da y le da, y, al cuarto cacharro, tapas aparte, uno ya pide la hora en nepalí o acaba agradeciéndole al dueño la existencia del dios zulú. Lo de siempre. Y si le añades Maloneys al punto y final de la frase nocturna, pues ya se pueden ustedes imaginar....

El sitio, vuelvo a reincidir en ello, dará juego, ya lo verán. Desde aquí un brindis por la nueva y merecida licenciada y también, como no, por los cracks más cracks de la consultoría delottística.

Y ahora, resacoso como un eccehomo, me voy a clase de microondas: caliente, caliente. Aun así, hoy, 16 de febrero a las 14:25, ella sigue sin volver. Lo que son las cosas....

06 febrero 2007

Recta final

Vuelta a la carga, tras casi un mes de silencio. El desafío enero sigue su curso, y afronto estos días la recta final evaluatoria, con más pena que gloria y hasta el mismísimo ciruelo de los apuntes, las fórmulas y las ocurrencias despiadadas de los profesores a la hora de poner los exámenes, incapaces de disimular un genial derroche de creatividad maquiavélica cuando de forzarnos la puerta trasera mediante una ganzúa del 12 se trata. En esas estamos. El desafío enero -o ya puestos el desafío febrero- llegará a su punto y final el lunes 12, para inmediatamente comenzar las clases el martes y 13 (fijateeé), dándome así la ocasión de disfrutar de un gratificante y merecido periodo de 12 horas de vacaciones, mira tú que bien. Ahora sí, la fiesta fin de exámenes no se la salta un galgo. Quedan advertidos, y ya saben que con eso yo no bromeo.

Por lo demás, dejando aparte el agobio estudiantil, bastante tranquilidad. Mención especial merece una mítica personita tinerfeña que, a pesar de que vaya a acabar arruinandome por su capacidad de atraer a la grúa cuando dejo el coche mal aparcado, siempre tendrá un hueco para un guiño de complicidad, de cariño y de causalidad de los que valen la pena. Un besito para ella desde aquí! ;)

Y sin más noticias desde If, a raíz de la monotonía vital propia del período de exámenes, cerramos las líneas. No obstante, el fin de tanto estudio recalcitrante queda ya muy cerca, y en cuanto la normalidad cotidiana sea repuesta, volveré a inundarlos de anécdotas, pamplinas, emociones, borracheras y estupideces varias. Hasta entonces confíen, esperen, apúntense al gimnasio, practiquen con el polígrafo de Pocholo, tájense, tómense licencias, sean buenos, no tengan el pelo como muerto-fatal, llamen a un 906, practiquen sexo seguro y, sobre todo, pásenlo bien. Yo por mi parte, me voy a empollar. Que buena falta me hace.