¿Idealismo o Pragmatismo? Pues mira, resulta que va y es una de las preguntas del millón: ¿Platón o Aristóteles? ¿Cameron o House? ¿Acuario o Capricornio? ¿Mickey Mouse o Bin Laden? ¿El conde Lequio o Rocco?...
Siempre he pensado que el mayor problema de ser demasiado idealista es cuando te caes de la parra. O cuando la parra se te cae encima y te deja el cabolo hecho un cisco, mejor dicho. Es decir, para entendernos: el problema del idealista redomao es cuando la realidad le visita para tomar té con pastitas bajo el brazo. Cuando se da cuenta de que las cosas no son tan bonitas como pensaba. Cuando sale del cine de ver "Pretty Woman" y se encuentra con que la vida es "Amores Perros" . El idealista piensa que el mundo es de color de rosa y que las nubes huelen, y cuando pone la tele se da cuenta de que el mundo es de color uranio enriquecido y que las nubes huelen a tsunami que te crió. El idealista confía ciegamente en el rollete guay de "prometo serte fiel en la salud y en la enfermedad" y una tarde se entera de que su amad@ le ha convertido en el hombre-perchero, con gripe y sin ella. Conclusión: el idealismo desorbitado conduce inexorablemente a la decepción. Idealizar en exceso algo significa que, cuando la magia se termine, ese algo te decepcionará.
Sin embargo, ser idealista muchas veces es arte, es buena intención, es ilusión, es pasión, es esperanza, es motor, es fe. Hace disfrutar mucho más de las cosas buenas de la vida. Es, al fin y al cabo, imprescindible para no caer en el pesimismo de gillette y gazpacho de bañera. Además, sin idealistas U2 no existiría asi que oye, mira tú, algo bueno hemos sacado...
Como en tantas cosas, in medios virtus. Los extremos, al final, no es que sean buenos. Es que se tocan.
Hay que ver, vaya post más pragmático que he escrito.....