Futuro profesional

No suelo hablar de este tipo de cosas por aquí, pero esta vez voy a tomarme una licencia, sabéis? Porque yo me tomo licencias. El caso es que se van abriendo caminos frente a mí en lo que al futuro profesional se refiere. Es momento de tomar decisiones, concretamente de empezar a decidir qué voy a hacer con mi formación y con mi vida durante los próximos años. ¿Será que la madurez llama a mi puerta? Supongo que ya va siendo hora y que las canas que asoman con mayor frecuencia en mi otrora rubia y lacia cabellera pesan lo suyo. Así, entre mis planes a medio-largo plazo y a pesar de no ser partidario de este tipo de planificación tan sujeta a imponderables, hay varias cosas que están tomando forma y alguna de ellas, por desgracia, no incluye España como lugar de residencia laboral. Otras sí, como pueda ser profundizar un poco más en mi especialidad de bioingeniería, haciendo un máster ad-hoc en la Escuela. Parece que me va a costar librarme de ese edificio gris tan controvertido. Espero, por lo menos, que no suban el precio de la birra. Ni aquí ni en el extranjero. Faltaría más...

En cualquier caso y volviendo al corto plazo, de momento la meta es cepillarme las 18 asignaturas que me faltan para acabar la carrera, a un ritmo propuesto de como mínimo 5 por convocatoria, esta vez sin hacer castillos en el aire. Y una vez matado el oso, y sin ánimo de ofender a los ecologistas, empezaremos a vender la piel lo más cara posible. Sea con la divisa que sea.

PD - Valga esta tarima pública para confirmar, reafirmar y resellar mi apuesta con Iván para este febrero: el que menos apruebe de los dos (con un mínimo de 4 asignaturas, ojo), le financia un finde de desenfreno al otro en, la "bella" urbe de Salamanca. ¿No es eso motivación?