Overflowed

Asi estamos: desbordados. Como era de esperar y tal y como había pronosticado, me pilló el toro. De hecho, a estas alturas del mes el pitón derecho del astifino morlaco perfora mis entrañas desde el ojo de Sauron hasta la campanilla, desgarrando cruelmente órganos vitales, con excepción del corazón, claro está...

Hay que joderse: todos los años el mismo post. Como bien reza el sabio refrán telequil: "septiembre, con vaselina siempre". Ahora bien: esta vez no voy a quejarme. Ya se sabe que donde siembran vientos recogen tempestades, asi que Katrina que te crió para el nene-viajero-estival. ¿El premio? Unas alegres jornadas de 12 horas diarias netas de estudio. Ya tendría su guasa que no habiendo podido conmigo la concatenación Stuttgart-Paris-Cadiz-Aguilar-Donosti-Ibiza, vaya y reviente ahora como consecuencia de una intoxicación electromagnética. O por el menú de la cafetería de teleco, vaya usté a saber. Lo que sí tengo claro es que a partir del jueves 14 asaltaremos Majadahonda, reeditando viejos tiempos, y esta vez con la antorcha, ya seca, encendida, avivada a sangre, colocada en lo alto del pebetero y humeando pareja con el Lucky Strike que ya toca o va tocando. Hasta entonces, sacrificio estoico y Katovit. Las drogas siempre fueron una salida....

Por cierto, que el pozo es como la casa de Gran Hermano: va perdiendo habitantes. Paulatinamente, es cierto, pero de forma efectiva. Enhorabuena a la dulce nueva pareja.

Carezco del tiempo necesario para escribir con más regularidad e inteligencia, asi que lo breve, si bueno, pues cojonudo. A dormir, coño...