24 julio 2006

Un domingo cualquiera

Cuando parecía que iba a ser un tranquilo domingo de resaca, me sonó el móvil: "vamos a Latina, Alter, que hoy va a ser un gran día!"!, se escuchó en el Nec de color negro... y sin comerlo (lo de ni beberlo mejor lo omito) se fraguó una de las mejores noches de mi vida.

Empezar por la Taberna Chica con Tere y Leti y acabar jurando que la Esperanza es lo último que se pierde hombro con hombro con Raphu (me acabarás dando tu teléfono por mis huevos, ragazza!!!), no es moco de pavo. Es moco a secas. Por último, garito de nombre difícil de recordar en Santa Engracia (santa desgracia) de la mano de Ed, apoyando codo en barra con más pena que gloria. Chicos, lo hemos intentado!

Y es que un domingo cualquiera, cualquiera puede liarla. Incluido yo. Efectivamente y no....